México y la problemática de los Autos Chocolate

Publicado por Potenza Emarket en

   En líneas generales las fronteras de los países integrantes de América Latina adolecen de falta de controles rigurosos. Uno de los problemas más comunes es el tráfico de mercadería no autorizada  y en este rubro los autos ocupan un escalón dentro del podio de los ilícitos. Dependiendo del país a estos autos se los conoce con nombres diferentes, “mellizos” en Argentina o “chocolate” en México.

   Estos Chocolates que provienen principalmente de los Estados Unidos aparecen involucrados en robos o hechos de violencia, siendo los preferidos de los grupos criminales para llevar adelante su actividad.   El dato que corrobora lo mencionado, pero no menos impactante, es sin duda que el número de estos vehículos implicados en los casos de inseguridad alcanza el 78%.

   Ante este escenario el gobierno del Presidente Manuel López Obrador impulsa un acuerdo para la creación de un registro de estas unidades que permita a “los propietarios” de dichos vehículos regularizar su situación abonando un impuesto de 2500 pesos, unos 120 dólares estadounidenses, los cuales remarcó serían utilizados para reparar bache y mejorar los caminos de los estados fronterizos que serán alcanzadas por esta medida.

   Los modelos que podrán legalizarse son del 2016 o anteriores y que circulen exclusivamente en los estados fronterizos pues temen que pueda generarse una ola de autos más modernos complicando aún más un panorama que ya parece incierto. Circulan cerca de setenta mil vehículos en estas condiciones irregulares aunque al no haber datos concretos se supone que el número sería muy superior. En ese mismo sentido los dirigentes de la Organización Nacional De Protección Al Patrimonio Familiar, opinan que más de quince millones de familias utilizan autos chocolate, sobre todo en el ámbito rural. Es interesante destacar que desde hace unos 40 años en las zonas rurales y ante la imposibilidad de un contralor efectivo el gobierno  a través de organizaciones sociales decidió otorgar placas especiales para al menos identificarlos. Las denominaban Placas Rurales y tenían la particularidad de estar realizadas en plástico surgiendo así la denominación popular de “placas de plástico”. El dato llamativo es que se carece de un registro de estas Placas Rurales estimándose que el número de vehículos con ellas ascendería a 500 mil. 

   Este plan de regularización propuesto por el presidente intenta una salida al problema dado que la sola mención de solicitar el decomiso de unidades o al menos imponer multas importantes, trajo como consecuencia la reacción de los sectores sociales que hacen uso de estos autos, obligando a las autoridades nacionales a explicar que miembros de transito y policía municipal o estatal no están facultados legalmente para decomisar vehículos o detener de manera preventiva a los propietarios.

   Como se puede apreciar el gobierno mexicano no está frente a un problema nuevo y todo parece indicar que la solución tampoco lo será. Se le atribuye a Einstein la frase  “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”. El dato de color es que estos vehículos en estado  irregular no abonan impuestos lo que causa cierto malestar desde la óptica de los entes de hacienda y economía; por lo tanto esta medida de implementación apresurada parece tener más un tinte recaudador que solucionar de raíz un problema histórico que expone desde otro ángulo la problemática limítrofe entre ambos países.

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